Quito, 7 de Enero del 2008
Señores Arqueo-ecuatoriana y colegas en general
Les escribe Fernando Mejía, Ex-presidente provisional del Colegio de profesionales arqueólogos del Ecuador, desde su conformación el día 25 de febrero del año 2005, hasta el día de elección de la actual directiva el día 23 de noviembre del año 2007.
Al conocer de la apertura de este foro y de las interrogantes presentadas por el colega Cesar Veintimilla, supe que en representación de las acciones tomadas en esto dos primeros años de trabajo de “Pre-colegio”, debía ser el primero en contestar nuevamente a Cesar todas sus inquietudes.
Pero antes de hacerlo, presentare para conocimiento general un breve resumen de la labor realizada en estos dos años de gestión.
La intención de crear el COLEGIO DE PROFESIONALES ARQUEÓLOGOS del ECUADOR existió no solo con el deseo de reunir dentro de una membresía a las decenas de investigadores que se encuentran trabajando en la actualidad, sino consolidarnos como una agrupación científica, gremial y profesional, independiente de todo partido político, escuela científica, filosófica o creencia religiosa, con el objetivo principal de representar y defender a los miembros de la comunidad arqueológica, promover el desarrollo de esta disciplina, integrarnos de mejor manera en la futura capacitación profesional, defender el patrimonio arqueológico, y difundir el trabajo de la comunidad arqueológica a la sociedad ecuatoriana.
Como antecedente menciono que el 25 de febrero del año 2005 se reunieron en la ciudad de Guayaquil 15 colegas, que en concordancia con lo antes mencionado firmaron el acta de constitución del Colegio, lo que a partir de esta fecha generó una serie de reuniones, tanto en Guayaquil y Quito, tratando de trabajar sobre tres aspectos específicos:
• Legalización y elaboración del estatuto del CPAE,
• Elaboración de un borrador sobre la Reglamentación interna, definición de estándares de trabajo y códigos de ética para sus miembros,
• Análisis de la ley de Patrimonio y Reglamentos del INPC para una propuesta de cambio (el que debió ser desarrollado por varias comisiones de trabajo elegidas y que lastimosamente nunca se concretaron).
Los dos últimos puntos deberán ser considerados y culminados en el plan de trabajo de la siguiente directiva, ya que la Directiva provisional pretendió únicamente dejar lineamientos establecidos para que sean aceptados por una directiva oficial.
La búsqueda de jurisdicción entre los ministerios del estado para que avale la creación del colegio fue la labor inicial, determinándose que el Ministerio de Bienestar Social debería ser el ente que tramite nuestro nacimiento.
Los requisitos básicos que pedimos para la formación del colegio (de los 15 miembros fundadores) fueron entregados muy tardíamente por múltiples razones, ya que el primer fólder con la documentación completa fue entregada al Ministerio de Bienestar Social en Quito (ahora de Inclusión Económica Social) el día 13 de octubre del 2006, el cual fue rechazado y vuelto a presentar nuevamente en Guayaquil y posteriormente nuevamente en Quito, ya que ninguno encontraba jurisdicción tal cual estaban planteados los estatutos para la formación del Colegio. Con cambios sutiles fueron aceptados y legalizados mediante acuerdo ministerial 0187-MIES el día 22 de octubre del año 2007.
Para el 29 de ese mismo mes se informaba a la comunidad arqueológica nacional de la creación del colegio y de una inminente convocatoria a una asamblea General para la elección de una directiva oficial y al mismo tiempo se hizo el llamamiento a los interesados a formar parte de la institución que envíen su carpeta personal.
Se realiza inicialmente la convocatoria para el día 16 de noviembre del año 2007, y por petición de la mayoría de miembros, se aplazó para el día 23 de noviembre, lo cual fue confirmado personalmente a todos los convocados. De los quince miembros facultados a votar, tres justificaron su inasistencia a la convocatoria y los doce restantes confirmaron su presencia, de los cuales solo ocho asistieron a la reunión. Los presentes representaban la “mitad mas uno” de los miembros activos del colegio (tal como reza el art. 38 del estatuto vigente), por lo que se procedió a iniciar la reunión, teniendo como orden del día:
1. Aceptar la postulación inmediata de una o más listas para la conformación de la directiva oficial del Colegio de Profesionales de Arqueólogos del Ecuador, debido a la inexistencia de un pronunciamiento de listas concursantes, durante el lapso de tiempo otorgado entre la convocatoria y esta reunión.
2. Elección de la primera directiva del Colegio de Profesionales de Arqueólogos del Ecuador y su respectiva posesión.
3. Elaboración de un plan de trabajo de la nueva directiva electa y posesionada, junto a los presentes.
Obteniéndose como resultado la elección de los siguientes colegas:
PRESIDENTA Victoria Domínguez Sandoval
VICEPRESIDENTE Fernando Mejía Mejía
SECRETARIA Amelia Sánchez Mosquera
TESORERO Telmo López Muñoz
PRIMERA VOCAL Maritza Freiré Paredes
SEGUNDO VOCAL Jaime García Cornejo
TERCER VOCAL Andrea Palacios Marussich
Notificación que fue efectuada a toda la comunidad en el informativo CPAE-2007 con fecha 24 de Noviembre del 2007 y legalizada en el Ministerio de Inclusión de lo Económico y lo Social, mediante oficio No. 2951-DAL-OS-FCH-2007, reconociendo a esta directiva por el periodo 2007-2009.
Ahora bien, en contestación a la carta enviada a Cesar Veintimilla y a todos los que junto a él piensan que hubo errores, falta de visión, manipulación, o una mal intencionada exclusión de ciertos colegas a nivel nacional, esclarezco lo siguiente:
En primer lugar y efectivamente se tomo un mes entre el primer llamamiento a reunir la asamblea y la fecha de la convocatoria en mención. En ese tiempo no hubo ningún pronunciamiento de los colegas a la formación de una lista a elegir, ni un escueto plan de trabajo, como reza el art.56 del estatuto en vigencia, a lo cual tuvo que tomarse una medida urgente, caso contrario hubiéramos tenido continuos aplazamientos de reuniones sin concretar y sin una directiva establecida, que por ende provocaría un mayor letargo en las actividades del colegio (no olvidemos que desde la primera reunión han pasado 2 años 9 meses para su formación).
Pero esto realmente no me incomodó ya que la participación “voluntaria” de los colegiados se irá robusteciendo a medida que el colegio siga fortaleciéndose.
La siguiente pregunta planteada fue la falta de incorporación de nuevos miembros, que de una u otra manera no pudieron asistir a la reunión de constitución del Colegio, obteniendo por ende una no inclusión dentro de la nueva directiva.
Lo que se resume en dos puntos básicos:
1. Basado en la función que ejercía la directiva provisional, cuyo único objetivo fue la formación y legalización del CPAE, quedando fuera de mi jurisdicción la incorporación de nuevos integrantes; debido a esto, es que la convocatoria a reunirse el 23 de Noviembre fue restringida únicamente a los 15 miembros activos.
A esto se suma la siguiente pregunta ¿por qué no se incluyó nuevos miembros durante el tiempo que demoró la formación del CPAE?, bien, pues… si un año siete meses demoró recuperar los requisitos de 15 colegas, imagínense cuanto tiempo más debíamos esperar para que otros se incluyan, por lo que se estableció que los nuevos ingresos estén a cargo de la directiva permanente, ejemplo de esto fue la respuesta que se le dio a todos los colegas que presentaron esta inquietud.
Por otro lado si incluíamos a nuevos miembros en la reunión del 23 de Noviembre para que sean parte del colegio y por ende sean también elegibles, el verdadero desempeño de esta directiva provisional habría sido tergiversado, saliendo completamente fuera de los márgenes de su función, lo que si sería una verdadera causal de desprestigio del colegio, existiendo además un desconocimiento del mérito que tienen los miembros fundadores.
Ahora bien, como todos saben los colegas que quieran ingresar al CPAE deberán presentar los requisitos necesarios para esto y que son de conocimiento general (informativo CPAE-2007). Una vez se haya realizado la recepción del primer pedido de adherencia al CPAE (que ya ha sido recibido); la directiva oficial, deberá designar una comisión de trabajo permanente, que analice la documentación recibida a fin de presentar un informe de análisis para que se proceda o no a la adherencia.
La directiva citará al miembro postulante a asistir a la siguiente asamblea (general o provisional) para que en pleno se acepte o no su inclusión, pasos que deben ser acatados por todo colega que quiera pertenecer al CPAE.
2. A lo ya mencionado se adhiere la falta de una reglamentación interna al estatuto vigente que haya sido revisada y aceptada por una asamblea (general o provisional) en pleno que permita establecer lineamientos coherentes a los objetivos del colegio y al quehacer arqueológico nacional, a fin de no dejar brechas inconsistentes a futuro.
Aquí no solo se incluyen la reglamentación de quien y como debe ingresar un miembro, como le preocupa a Cesar, sino desglosar de mejor manera los derechos y deberes de lo miembros, definir el tipo de contravenciones que el CPAE no deberá permitir y las sanciones a la mala actuación de los colegiados en contra de la imagen de la institución.
Al tener en este momento un borrador de la reglamentación, la directiva siguiente deberá revisarlo y aceptarlo y mal podríamos actuar de una manera tan improvisada, sin basarnos en una documentación final.
Efectivamente pedir una certificación de los estudios de los colegas realizados en el exterior es necesario, pero no es el punto central de la reglamentación faltante y es por eso la necesidad a trabajar en ellos.
Aunque es la representante actual del colegio (Victoria Domínguez) quien lo debe comunicar, me permito mencionar que el CPAE inició conversaciones con el CONESUP para ver que solución tenemos sobre esta disyuntiva.
Recordemos que los miembros que formamos el colegio somos profesionales certificados por una universidad (nacional o extranjera), y que existe una institución en el país que legaliza dicho certificado a nivel nacional (CONESUP), por lo tanto no es posible pasar la ley por alto y desconocer el campo de acción de dicha institución.
Obviamente se debe buscar una solución provisional, a lo que creemos que seguramente la propuesta de César sea la más viable teniendo que ser consultada y discutida, por parte de la directiva actual y su respectiva Asamblea.
Bien… para que sea una realidad este reglamento del estatuto, la directiva debe difundir esta documentación a todos los miembros activos y de allí convocar a una asamblea (general o extraordinaria) para discutir correcciones finales y votar por su aceptación.
Espero que estas líneas satisfagan las “dudas” existentes entre los colegas, es más invitamos a toda la comunidad, por medio de este foro a que sea parte activa del colegio no solo con su opinión, sino también siendo parte del CPAE, y como ya saben toda opinión bien argumentada siempre es válida. Espero que este percance no sea el medio para debilitar a la comunidad arqueológica ecuatoriana que trata de nacer.
Agradezco a los directivos de la web de arqueología ecuatoriana que desde siempre estuvieron tras la pista del Colegio, dándonos cobertura desinteresada, de allí este espacio de discusión que se ha abierto.
Atte.
Fernando Mejía
Somos los que tenemos mucho curriculo y poco pedigrí