Estoy bastante de acuerdo con los comentarios de Francisco y Ernesto. La película claramente tiene el propósito de entretener y debe ser tomada de esa manera. Es muy cierto que la escena final logra evocar el mismo sentimiento sombrío que no habíamos sentido desde ver de pequeños a Charlton Heston gritando en la playa al final del Planeta de los Simios.
Aun así, no me pareció que la manera de representar a la cultura Maya fue injusta. Al contrario, me pareció que Mel Gibson debió haber contado con la ayuda de muy buenos investigadores de la cultura Maya para poder recrear a su sociedad de esta manera. Fuera de usar un elenco casi completamente Maya y de crear una película enteramente hablada en Quiche Maya (dos grandes méritos de por si), la recreación de esta civilización esta bastante acoplada a nuestra visión académica de las ciudades estado Maya.
En efecto, nuestras nuevas interpretaciones de los Maya han dejado atrás las visiones románticas de los Maya como astrólogos pacifistas que solo se dedicaban a ver los cielos. Hoy sabemos que la guerra era ubicua en la península de Yucatán, Belize, Guatemala y Honduras. Esto es especialmente cierto para el periodo post-clásico (en el cual la película toma lugar). De hecho, las reconstrucciones arqueológicas del post-clasico demuestran el mismo tipo de tensión social y de opresión por parte de las elites Maya que la película narra. El representar a las elites Maya como manipuladoras de los fenómenos astrológicos con el objetivo de subordinar a las masas sin acceso a alta educación (como es presentado en la escena en que el sacerdote mayor y el soberano Maya están arriba del templo pirámide) parece casi extirpado de uno de los artículos de Baines y Yoffee (i.e. 2000). Varias estelas atestan a la tradición por parte de soberanos Maya de sentarse sobre personas como si estos fueran tronos. la película, en fin, logra de una manera muy efectiva demostrar la opulencia (y quizás decadencia) de la elite Maya, que es muy clara arqueológicamente.
Por el otro lado, el héroe de la película (que representa una manera benigna de vivir entorno a la naturaleza) también es Maya, sino que de una procedencia rural. Este realmente parece ser el factor común en las películas de Mel Gibson, que las personas de lugares remotos, pacíficos, y campestres se ven continuamente oprimidos por los regímenes violentos de las "civilizaciones" del mundo (ya sea el Rey de Inglaterra en Braveheart o La elite Maya en Apocalipto). Esto puede ser claramente debatido como una simplificación Hollywoodense, pero no esta necesariamente en contra de la manera en que muchos arqueólogos hoy en día entienden la interacción de centros políticos expansionistas vis-a-vis sus periferias.
Entonces, a pesar que el debatir la veracidad arqueológica de una película de Hollywood es un muy buen tema de conversación entre cerveza y cerveza, yo doy mi opinión de "fan" cinematográfico y de arqueólogo: Apocalipto es una película bastante entretenida que al mismo tiempo nos deja ver una reconstrucción bastante fenomenal de lo que pudo haber sido una ciudad Maya en un día feriado. Y por si sobrara duda, es una mucho mejor reconstrucción arqueológica que películas como Troya.